Me despertó el viento que hacía crujir la vieja ventana de madera roida de mi pequeña habitación. Todo estaba oscuro, por lo que encendí una pequeña vela de color rojo que había en mi mesilla de noche. Un pequeño haz de luz me recordó dónde estaba. Hacía pocos días que me habia mudado allí porque quería olvidar... Un lugar abandonado, en un pueblo perdido en el Norte de España con apenas 80 habitantes. Era un pueblo oscuro, solitario, vacío, tenebroso, negro. Y yo, me fui a aquella mansión abandonada. Nunca he sabido el motivo por el que costó tan barata una casa tan grande... Aunque supongo que algún día lo descubriré y... espero que ese día no sea hoy.
Cerré la ventana, aunque algo había cambiado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, no te eches atras.