Se contradicen mis ideas y paralizo mi yo interior. Me quedo absorta, sin ganas, y sin ganas de tener ganas. Y yo qué coño quieres que te diga, si no me entiendo, si no sé por qué digo lo que digo ni por qué pienso lo que pienso. Esto es así, no es un juego, aunque al principio lo parecía, cuando tú eras algo nuevo.
Son demasiadas sensaciones encerradas en un corto plazo de tiempo, no puedo asimilarlo. Llámame incapaz, o llámame por mi nombre, qué más da. Lo importante es que no sé qué es realmente importante. No aprenderé a valorarme porque hay veces que no me conozco, o tal vez no me reconozco, no soy yo, o sí, dímelo tú que se supone que me entiendes. Aunque creo que mientes. No te preocupes, lo haces siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, no te eches atras.