Sólo queda la mísera certeza de que nada será igual.

Y sí, tantas metas llegamos a  alcanzar, tantos sueños pudimos llegar a lograr, tantos momentos a tu lado, cada sonrísa dibujada en mi cara fue gracias a ti...

Nunca me arrepentí de haberte conocido, y jamás lo haré, fue gracias a ti cuando mi corazón empezó a latir, cuando me levante de cada caida, todo gracias a ti...

Jamás podré decir que nunca fuí feliz a tu lado, que cada abrazo que me regalaste nunca sirvió. Nunca podré decir que a tu lado parte de mi vida perdí, tan solo tú podrías hacerme reir, todo gracias a ti...

Y de repente te fuiste, ¿ahora qué haré? Si la sonrisa que llevo día a día la llevo por ti, si tantos años compartidos a tu lado puedo y podré decir que fueron los más maravillosos de mi vida, si todas mis metas e ilusiones que llegué a alcanzar algún día fueron gracias a ti.

Aún te debo muchísimas cosas que nunca te pude agradecer, tantas ilusiones rotas a pedazos que nunca podrán unirse. Te tengo que dar las gracias por todo, por levantarme de esa eterna caída que por tí hoy en día sigo en pie, por ayudarme cuando no te has podido ayudar ni tú misma, por ofrecerme todo tu cariño, por aguantarme cuando me pongo pesada, por todo y muchísimo más te tengo que dar hoy en día las gracias.

Solo espero que puedas ser feliz ahora que has tomado otro camino, y que has dejado un hueco enorme en mi corazón que nunca podrá llenarse. Ahora, quiero que solo rías sin parar, porque siempre vas a estar aquí, muy al fondo de mi alma, donde solo muy pocas personas han podido estar.

Gracias, una vez más por todo, ahora sé feliz, y espero que a tu nueva amiga le puedas dar al menos la mitad de lo que me has podido dar a mi.

Mientras tanto aquí seguiré yo, intentando unir los trozos que tú dejaste rotos en mi corazón. Porque tú eres mi vida, y si me quitan la vida, no puedo vivir.