Lo que más molesta, lo que más me incomoda es saber que tuvimos la posibilidad de demostrarle al mundo, e inclusive, de probarnos a nosotros mismos, que todo era posible, que una verdadera historia de amor era posible. Vos y yo sabemos que, por más que queramos hacer como si nada, vamos a seguir queriendonos. Y no por inercia, sino más bien porque es algo muy fuerte que no podemos cambiar.
Sé que pensas en mí, que me recordas, por lo menos en la noche al acostarte, cuando todo se oscurece y te quedas sola con el silencio y te preguntas que mierda hicimos, que pasó, que seguirá (no sé que nos depare el tiempo). Me cuesta todavía creer que los caminos que juntan a las personas pueden separarse tan abruptamente. Me quedé esperando que desaparezcan estas ganas de escribir(te) para por lo menos quedarme con el recuerdo intacto y estar seguro de que fue real. De que lo vivimos, los dos. Espero que no te moleste saber que no vas a irte de mi vida, aunque yo si desaparezca de la tuya. No necesito tenerte para quererte porque no estoy reteniendo un recuerdo, sino, un sentimiento, que late, que llora y sonríe. Me gusta soñar, pero el sueño no me permite disuadir entre lo que realmente sucede o lo que yo desearía que fuera. Por eso hay que dejar que las cosas sigan su curso.
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