No se puede confiar en nadie, hoy en día, hasta quién menos te lo esperas y seguramente, cuando más lo necesites, te da la puñalada.
No importa lo que te haya dicho, no importa lo que sientas por él, no importa los momentos vividos y los recuerdos que tengáis juntos, las sonrisas, los abrazos, los besos, los secretos, todo. Al fin y al cabo, todos son iguales. Ni uno más especial que el otro, ni uno más amable, ni más sincero, ni nada. Al final nosotras, como tontas, nos engañamos y nos creemos lo que nos dicen... Como si así creyéramos que podríamos llegar a algo.
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